Cynthia Pardo/ El Nacional
Uno de los mayores atentados protagonizado por un grupo del narcotráfico se presentó hace 4 años dentro del Casino Royal, donde perdieron la vida al menos 52 personas y 10 resultaron heridas.
La tragedia sucedió el 25 de agosto del 2011, cuando presuntamente el cartel de “Los Zetas”, llegaron al Casino roseandolo con gasolina ocasionando que el lugar se encendiera en cuestión de segundos.
En ese año con información proporcionada por funcionarios del gobierno de Nuevo León, el administrador del negocio dijo que el grupo delictivo exigía un pago semanal de 130 mil pesos para poder operar, por lo que se presume no se dio a tiempo o se exigía más de lo acordado.
El siniestro inició entre las 14:00 y las 16:00 horas en recinto ubicado en el cruce de las calles San Jerónimo y Gonzalitos.
Sin embargo según declaración de las autoridades, los responsables del atentado se citaron en el restaurante “El gran pastor” a las 14:00 horas, donde 12 integrantes del Cartel del narcotráfico se ponían de acuerdo para pulir detalles del ataque. Aproximadamente a las 15:00 horas salieron del establecimiento para dirigirse a una gasolinera en la Avenida Gonzalitos para llenar galones que utilizarían para quemar el Casino Royal.
Los delincuentes arribaron al lugar en cuatro automóviles: un Mini Cooper, una camioneta Equinox, una GMS azul y un Sedan gris; cuando los agresores bajaron, algunos según testigos comenzaron a disparar y a rosear gasolina en el segundo piso y los baños, para después salir del casino y desde la puerta comenzar el incendio, para luego volver a sus vehículos y escapar.
El espantoso atentado dejó reacciones tanto a la prensa local, hasta reacciones de índole internacional y con opiniones de representantes de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
A nivel Internacional, los presidentes de varios países alternaron su pésame entre ellos el Presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, quien tacho al ataque de brutal y reprensible; también la Presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, quien dijo que este atentado fue un cobarde acto terrorista; y finalmente fue el Presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, fue quien invito a toda los países de Hispanoamérica a que se formara un frente común contra el crimen organizado.
Cabe destacar que entre los fallecidos se encontraban 42 mujeres (dos de ellas se encontraban embarazadas) y 10 hombres.
A cuatro días de lo ocurrido se dio con el paradero de cada uno de los participantes en dicho ataque, pero aunque se les diera una sentencia o incluso unos ya no se encuentren con vida; nadie les regresara a las familias la pérdida que sufrieron aquel 25 de agosto.