La farmacéutica AstraZeneca ha admitido en un tribunal la posibilidad de un efecto secundario potencialmente mortal asociado a su vacuna contra el Covid-19: el síndrome de trombosis. Esta admisión se produce después de enfrentar una demanda colectiva millonaria de numerosas familias que alegan lesiones graves e incluso fallecimientos debido a lo que consideran una vacuna defectuosa.

Aunque AstraZeneca ha negado las acusaciones, ha reconocido la posibilidad de que se produzcan coágulos sanguíneos, lo que podría resultar en una indemnización legal significativa para las víctimas.

La primera demanda presentada contra la empresa británica fue realizada por Jamie Scott, quien alega haber sufrido una lesión cerebral permanente después de recibir la vacuna. El gobierno británico ha prometido asumir las facturas legales de la farmacéutica, lo que significa que en caso de perder el juicio, las autoridades serán responsables de compensar a los afectados con fondos públicos.

Este acuerdo de indemnización entre AstraZeneca y el gobierno británico fue pactado durante la pandemia del Covid-19.

Los casos de trombosis asociados a la vacuna de AstraZeneca se remontan a 2021, con el primer registro en Italia donde una joven falleció después de recibir la inyección. La Agencia Europea de Medicamentos ha reconocido los coágulos sanguíneos combinados con niveles bajos de plaquetas como un raro efecto secundario de la vacuna.

El síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS) es una condición potencialmente mortal que involucra coágulos sanguíneos junto con un recuento bajo de plaquetas, lo que puede ser un riesgo asociado a la vacunación contra el Covid-19.

Redacción/El Nacional