La orden forma parte de la nueva estrategia del estado para controlar los contagios con el coronavirus al enfocarse en limitar las actividades bajo techo para reflejar los nuevos conocimientos de las autoridades de salud sobre cómo se propaga.

Hace unos meses California cerró playas, sitios para campar y parques estatales para intentar limitar las interacciones de personas de distintos hogares. Pero conforme la información dejó ver que hay más probabilidades de que el virus se transmita en interiores, el gobierno de Newsom comenzó a modificar las órdenes de salud pública, incluyendo el requerir que la gente porte mascarillas, y sólo autorizó las actividades al aire libre.

“El Covid-19 no desaparecerá pronto, hasta que haya una vacuna o un tratamiento efectivo”, manifestó el gobernador.

“Limiten entremezclarse con personas fuera de su hogar. Es sólo sentido común, pero los datos dejan entrever que no todos están practicando el sentido común”.

La decisión de Newsom enfrentó resistencia inmediata de grupos religiosos y organizaciones empresariales. Fred Jones, abogado de la Federación de Belleza Profesional de California, comentó que puede que muchos salones de belleza no cumplan la orden.

“No existe evidencia de un solo contagio que haya sido propagado en un salón desde que nos permitieron reabrir”, afirmó. “Él debería estar trabajando en conjunto con los profesionales de su estado, no cerrándonos”.

Robert Tyler, abogado de la firma legal Advocates for Faith And Freedom, con sede en California, dijo que cree que la orden de Newsom sobre los servicios religiosos es inconstitucional. Si bien el gobernador autorizó a las iglesias llevar a cabo sus servicios al aire libre, Tyler dijo que muchas no tienen las instalaciones para eso.

No sólo tenemos una crisis económica, sino que tenemos una crisis espiritual y de salud mental que requiere tanta atención como el Covid-19”, comentó Tyler, cuya organización sin fines de lucro representa a las iglesias en cuestiones de libertad religiosa. “Decirle a las iglesias que ya no pueden reunirse bajo techo es sólo una restricción más a los increíbles servicios proporcionados por las iglesias en todo el estado que se necesitan desesperadamente”.

Redacción/El Nacional