La cifra de muertos en un tiroteo en una cárcel del departamento de Atlántida, Caribe de Honduras, subió a 20 este jueves, informó una fuente oficial.
El reo Santos Levis Meraz murió está madrugada en el Hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula, norte de Honduras, debido a la gravedad de las lesionados, afirmó a periodistas una fuente de seguridad.
Los otros dos presos que fueron trasladados al centro médico continúan recibiendo atención y están bajo la supervisión de autoridades penitenciaras.
El tiroteo se produjo entre reclusos del centro penal de Tela, Atlántida, el 20 de diciembre, un día después de que una comisión interventora comenzó a asumir el control de las cárceles del país centroamericano.
A esta matanza se suma la registrada el 22 de diciembre en la cárcel de El Porvenir, cercana a Tegucigalpa, donde un enfrentamiento entre pandilleros se saldó con la muerte de 19 internos.
Las fuerzas del orden atribuyen la responsabilidad de las matanzas a grupos del crimen que buscan evitar la intervención de las cárceles.
El Gobierno hondureño inició en 2017 una transformación del obsoleto sistema penitenciario, al que declaró la semana pasada en emergencia y nombró una Comisión Interventora para tomar el control de las cárceles.
El poder Ejecutivo declaró el 17 de diciembre el estado de emergencia en el sistema penitenciario y ordenó a la Fuerza de Seguridad Interinstitucional (Fusina) tomar el control de las cárceles luego de la suspensión temporal de las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario y de Instituto Nacional para la Atención a Menores Infractores (INAMI).
Compuesto por unas 30 cárceles, el sistema penitenciario alberga a unos 22 mil reclusos, cuando su capacidad máxima es de 8 mil, y menos de la mitad de los presos han sido condenados.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ofrecieron el martes asistencia técnica al país para realizar un diagnóstico del sistema penitenciario, y condenaron las muertes violentas en las cárceles.
En un comunicado conjunto, los organismos indicaron que esperan que las instituciones que integran la Fusina “asuman un rol protagónico en la comisión interventora, en apego a los estándares internacionales y regionales de derechos humanos“.
Las rebeliones y tiroteos son frecuentes en las prisiones de Honduras, consideradas por organizaciones internacionales y de derechos humanos como una “bomba de tiempo” por el hacinamiento y otras condiciones precarias en las que viven los internos.