El Vaticano comenzó este sábado los análisis de los miles de huesos que se encontraron en los dos osarios que se abrieron en el marco de la investigación para buscar posibles restos de Emanuela Orlandi, la joven de 15 años hija de un funcionarios vaticano y cuya desaparición es uno de los grandes misterios de Italia.
El pasado sábado con la presencia de familiares de Orlandi se abrieron los dos osarios encontrados bajo el cementerio alemán dentro de los muros de la Ciudad del Vaticano y en los que se descubrieron miles de huesos, que ahora tendrán que ser examinados.
A los osarios se llegó después de que fueran abiertas, y halladas vacías, el pasado 11 de julio las tumbas en las que se creía que estaban enterradas la princesa Sofía von Hohenlohe, fallecida en 1836, y la adyacente, de la princesa Carlota Federica de Mecklemburgo, que murió en 1840.
La familia Orlandi había indicado al Vaticano que fuentes anónimas les habían indicado una de las tumbas como el posible lugar donde estarían los resto de la joven desaparecida en 1983.