Nancy Vázquez/El Nacional
Eso lo demostró un estudio realizado por la Universidad Laval de Quebec, Canadá: la tasa de suicidio es un 73% más alta en mujeres con implantes mamarios.
Obviamente, no es que la cirugía de aumento de busto conlleve al suicidio, sino que hay que prestar atención al por qué una mujer decide operarse. Por lo general, una mujer aumenta el tamaño de sus pechos para ganar confianza y seguridad en sí mismas frente a problemas de baja autoestima o depresión, factores que indudablemente están presentes en personas que deciden quitarse la vida.