Redacción/El Nacional

Tras la duda de inclinarse o no inclinarse cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, celebró una reunión de saludos y encuentros cercanos con el emperador japonés, cargado de posibles errores de protocolo.

La inclinación ante una persona es una señal importante de respeto en ese país asiático.

Mientras que el predecesor de Trump, Barack Obama, provocaba una tormenta de críticas también durante su viaje a Japón cuando fue fotografiado en una reverencia de casi 90 grados con el emperador Akihito.

Pero Trump, propenso de errores parecía trazar un terreno respetable, inclinando la cabeza ligeramente con el hombre. Los asesores de Trump se encontraban nerviosos por mantener al notorio presidente ad-lib en el mensaje durante su agotadora gira por Asia.