Al menos seis personas fallecieron este sábado luego de tres explosiones en Kabul, cerca de donde se realizaba un funeral por una víctima de los enfrentamientos entre la policía y manifestantes del día de ayer, en un nuevo ataque al final de la semana más difícil que ha vivido Kabul en los últimos años.
Cuando los asistentes al acto funerario, entre ellos el jefe del Gobierno afgano, Abdullah Abdullah, y el ministro de Exteriores, Salahuddin Rabbani, se disponían a iniciar sus oraciones, hacia las 15:30 horas locales, tres atacantes suicidas se inmolaron entre el público.
“Los atacantes suicidas tomaron posiciones entre las personas que rezaban, esto muestra la gravedad del crimen del cobarde enemigo”, denunció posteriormente Abdulá en rueda de prensa.
Al tratarse de la despedida del hijo de un senador del partido Jamiat-i-Islami, liderado por Rabbani, varios parlamentarios y funcionarios de alto cargo se encontraban en el lugar cuando las tres exposiones en cadena sacudieron el área.
Sin embargo, solo uno de ellos, el ministro de Salud Pública, Ferozuddin Feroz, resultó “levemente” herido y se suma a la lista de 87 personas que sufrieron daños en el atentado, según confirmó a Efe el portavoz de su departamento, Ismail Kawusi. En su último balance, la fuente situó en seis el número de muertos.
Así terminó una de las semanas más sangrientas de los últimos meses en Kabul, que inició con un devastador ataque de un camión bomba en la zona diplomática de la ciudad el miércoles en el que murieron más de 80 personas y unas 460 resultaron heridas. El viernes otras cinco personas murieron en enfrentamientos entre manifestantes y la policía durante una protesta en reclamo de la renuncia de Abdullah por los constantes problemas de seguridad.