El papa Francisco, emitió este lunes un mensaje navideño a cardenales, obispos y curas a cargo de la Santa Sede donde afirmó que algunos funcionarios tienen excesiva sed de poder a lo que llamó “los males de la Curia” que según dijo, deben provocar la reflexión y el arrepentimiento.
Anteriormente Francisco no ha vacilado en denunciar las intrigas y pugnas internas que plagan al Vaticano, pero a medida que sus reformas cobran fuerza, parece estar más confiado al denunciar los desperfectos de la Santa Sede.
Francisco denunció el “terrorismo de los chismes” y cómo puede “asesinar a sangre fría la reputación de colegas y hermanos”, cómo la formación de élites puede “esclavizar a sus miembros y convertirse en un cáncer que amenaza la armonía del organismo” y matarlo. Habló de cómo quienes mienten sobre sus vidas son hipócritas, “algo típico de un vacío espiritual mediocre, que no se puede compensar por título académico alguno”.
“El deber de la Curia es mejorarse a sí misma permanentemente y crecer en comunión, santidad y conocimiento para poder cumplir su misión”, dijo Francisco, “pero incluso ella, como cualquier organismo humano, puede sufrir de dolencias, defectos y enfermedades”.
Francisco, el primer pontífice de origen latinoamericano y alguien que nunca antes trabajó en la burocracia vaticana, no ha vacilado en denunciar la cultura de rumores, ambiciones excesivas y pugnas de poder que afectan a la Santa Sede, pero a medida que sus reformas han cobrado fuerza, ha parecido estar más dispuesto a destapar las deficiencias de la jerarquía eclesiástica.