Redacción/ El Nacional
Fueron evacuadas dos millares de personas el viernes desde zonas aledañas al volcán Calbuco por el aumento del cauce de los ríos que bajan del macizo, que se suman a otros 4 mil 500 desplazados desde la primera erupción hace dos días.
El ministro del Interior Rodrigo Peñailillo advirtió a los pobladores de zonas rurales que también deben considerar una distancia mínima de 200 metros a cada lado de los ríos, “como zonas de alto peligro”. Los nuevos desplazados están siendo llevados a albergues ubicados fuera de la zona de exclusión, de 20 kilómetros a partir del volcán.
Los miles de evacuados de las zonas permanecerán alejados de sus hogares por tiempo indeterminado debido a que el proceso eruptivo se extenderá por semanas o meses, mientras los poblados aledaños comienzan a quedarse abandonados y ocultos bajo las cenizas.
El Servicio Nacional de Minería y Geología dijo en un comunicado que se ha observado un incremento en la actividad superficial del volcán que sugiere que “el sistema ha entrado en una fase inestable y de actividad sostenida, la cual podría ser precursora de un proceso magmático que podría generar flujos de lava”.
Ensenada, distante a sólo a 15 kilómetros del volcán y la primera en ser evacuada, quedó cubierta por una gruesa capa de ceniza, y piedrecillas arrojadas por el macizo. El temor que se plantea ahora es que el material volcánico contamine las aguas y provoquen enfermedades respiratorias.
Los animales domésticos quedaron encerrados y caballos y vacunos están sin alimentos porque las cenizas cubrieron los pastos y convirtieron lo que eran extensas praderas en una zona árida.
Ensenada, que se volvió un pueblo fantasma desde que sus 1.500 habitantes debieron huir, la mayoría con lo puesto y dejaron a animales y mascotas abandonados.
La policía que hace cumplir la orden de que nadie se acerque a menos de 20 kilómetros del Calbuco, permitió el viernes que pequeños grupos de personas retornen por algunas horas a sus casas en Ensenada para recuperar ropas y otros enseres, pero deben regresar a sus albergues antes del atardecer.
El volcán Calbuco se ubica a unos 1.000 kilómetros de la capital de Chile.
El director del servicio geológico, Rodrigo Alvarez, informó el viernes que la situación “puede durar semanas, meses”. Advirtió que, “el edificio volcánico se tiene que volver a adecuar, necesariamente va a hacer que tengamos nuevos eventos… vamos a tener situaciones más agresivas al interior del edificio volcánico”.
La preocupación de los expertos está centrado ahora en posibles lahares, que se producen porque el material caliente arrojado por el volcán derrite la nieve que hay a su alrededor, lo que provoca aluviones que descienden por las laderas a gran velocidad, aumentando los cauces de los ríos y arrasando con puentes y todo lo que se atraviese en su paso.
Ante la probabilidad de una tercera erupción o ante la posibilidad de lahares, una treintena de pobladores de Ensenada que se negó a salir, trabajan para despejar los techos de sus casas, que corren el riesgo de desplomarse por el peso de las cenizas. Otras viviendas resultaron seriamente dañadas por el peso del material volcánico.
Daniel Patricio González salió de la ciudad con su esposa e hijos, pero regresó la noche del jueves para evaluar los daños. El techo del restaurante donde trabaja se había derrumbado.
“Esto duele un poco, pero no hay nada que hacer contra la naturaleza. Lo importante es que mi familia está bien”, dijo González.
La presidenta Michelle Bachelet, que visitó la zona el jueves, dijo que “nuestro problema es un problema respiratorio, de la inhalación de toda esta ceniza y el hecho de que podría provocar una contaminación ambiental”.
El gobierno que decretó un estado de excepción constitucional el miércoles, que entrega el mando a las fuerzas militares y policías para que mantengan el orden público y colaboren en tareas como el despeje de caminos, ha repartido miles de mascarillas, lo que no asegura que se puedan evitar las irritaciones oculares o del aparato respiratorio.
El Calbuco, que no presentaba erupciones desde 1972, está considerado como uno de los tres macizos más peligrosos de los 90 volcanes activos que tiene Chile.