Maestra Especial

Sharai Rocha/El Nacional

Aunque pensar en un maestro especial nos lleva a un docente que sólo trata con menores con discapacidad, esto no es así, pues hay algunos profesores que dirige su atención a alumnos con/sin algún impedimento así como a estudiantes con aptitudes sobresalientes.

Debido a que hay muchos tipos de necesidades educativas especiales, en donde las condiciones pueden ser leves, moderadas o graves, los maestros de educación especial tienen que adaptarse a cada situación para probar diferentes enfoques, dependiendo del alumno.

Teresa Rivera Martínez, tiene 27 años de experiencia en educación especial, imparte clases en  la escuela primaria General y Profresor Gregorio Morales Sánchez, estadísticamente atiende 13 alumnos con discapacidad, 7 estudiantes (con otra condición) y  7 menores con aptitudes sobresalientes.

Diariamente la maestra acude a su aula para guiar a sus alumnos, quienes le han demostrado sus capacidades para salir adelante y en un momento ser adultos responsables.

“Bueno, desde niña me veía dando clases en un salón de primaria, después cuando me decidí a estudiar,  hubo oportunidad de una plaza en educación especial, la cual me motivo y me comprometí  a seguir mis estudios dirigidos a la retroalimentación continua de las diversas discapacidades y trastornos que existen (educación especial)”.

“Una de las acciones principales es dar atención directa a los alumnos, realizar  la evaluación psicopedagógica,  dando lugar a las adecuaciones (propuesta curricular adaptada) necesarias, tomando en cuenta las posibilidades de aprendizaje de cada alumno”.

“De ésta manera, mediante la observación continua, conocemos a los alumnos , maestros y padres de familia, eso nos permite conocer las fortalezas y áreas de oportunidad que necesitamos trabajar con el alumno y comunicar a padres de familia así como al maestro de grupo para realizar acuerdos y compromisos”, expresó la docente.

Señaló que es primordial la comunicación y colaboración, ya que de ahí se crea el compromiso o disposición para trabajar con el alumno, “así se va utilizando  palabras claras, precisas  e ideas concretas, tomándolos en cuenta como un alumno más, parte del grupo”.

Rivera Martínez señaló que el hecho de que sus alumnos sobresalgan, la llenan de orgullo, pues en diversas ocasiones le han demostrado que para personas con discapacidad no existen límitantes para salir adelante.

“En una ocasión Mayté, quien padece síndrome Down, trabajó con los números y colores, ya que anteriormente no respondía a ningún cuestionamiento sobre el mismo tema, en ese momento llegó la maestra de inglés saluda y Mayté contesta en voz muy muy baja, para terminar le vuelvo a cuestionar para dejarla y contesta el color y el número en inglés, al cuestionarla en español que me entregue los números y los colores que nombró en inglés, me sorprendió que acertó a todo lo que le pregunte. Así como esas experiencias en sus capacidades o en su disposición, en su emoción o sentimiento, me dejan sorprendida y boqui abierta”, expresó la maestra

Asimismo, recordó que el toparse con sus exalumnos le demuestra que hubo una enseñanza, pues alugunos de sus anteriores estudiantes son estilistas, comerciantes y otras siguen tomando clases en escuelas especiales.

Todos sus alumnos, le han enseñado que lo más importante es que ellos aprenden “cuando esten listos no cuando uno quiere”, expresó la maestra.

Rivera Martínez indicó que “si no hubiera sido maestra,  posiblemente sería: Educadora o Psicóloga,  Pedagoga  o Fonitra o Logopedia.”