Redacción/El Nacional
Durante la peregrinación anual de los musulmanes, en el ritual de la lapidación de Satán en Mina cerca de la Meca, Arabia Saudita, en donde participan al rededor de tres millones de peregrinos, se presento una tragica estampida.
La multitud de personas desesperadas por querer entrar al ritual provoco la muerte de al menos 717 personas y 863 resultaron heridas, es el segundo drama que golpea a los fieles en menos de dos semanas.
Said Ohadi, responsable de la organización de la peregrinación señaló que por motivos desconocidos, se cerraron dos accesos cerca del lugar donde los fieles llevan a cabo el ritual de la lapidación de Satán.
“Eso fue lo que causó este trágico incidente” declaró en la televisión iraní, precisando que el cierre de esos pasos dejó acceso a la zona.
En un comunicado, las fuentes explicaron que la causa de la tragedia ha sido el aumento en el flujo de peregrinos y la entrada repentina de un gran número de ellos hacia la zona donde se disponían a realizar un ritual.
Los fieles se dirigían desde sus campamentos al lugar en el que debían cumplir hoy con el rito de la lapidación de las tres columnas que simbolizan las tentaciones del diablo, durante el tercer día de la peregrinación.
Jaled al Falah, titular de Sanidad saudí, explicó que su departamento va a trasladar a algunos de los heridos a las ciudades de Yeda y Taif para proporcionarles “todos los servicios médicos y asegurarse de que los heridos estén cerca de sus familiares”.
El ministro subrayó que “la aglomeración y el incumplimiento de las instrucciones (por parte de los peregrinos) fueron las causas del incidente”. Además, muchos fieles “caminan en dirección contraria” y realizan los rituales “fuera de los horarios establecidos”, agregó.
Por otra parte, Al Falah aseguró que Arabia Saudí está tratando con “total transparencia las informaciones que ofrece a sus ciudadanos y a todos los países del mundo” y que se anunciará posteriormente la cifra definitiva de víctimas.
Arabia Saudita había movilizado a 100 mil policías para garantizar la seguridad durante el peregrinaje después de que el pasado 11 de septiembre una grúa se derrumbara en la Gran Mezquita de La Meca, matando a más de 109 personas e hiriendo a más de 400.