Si bien el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha demostrado en más de una ocasión que la faceta de “hombre rudo” le queda a la perfección, sus actos “extremos” han llamado la atención una vez mas.
Para celebrar la epifanía, el bautismo de Jesús en la fe ortodoxa, , Putin se introdujo en las muy frías aguas del lago Seliger, donde la temperaturas rondaba los -6° y la sensación térmica era congelante.
Los cristianos ortodoxos conmemoran el bautizo de Jesús y por tradición un sacerdote bendice las aguas, mismas que durante la semana de la celebración son sagradas y puras.
Esta no es la primera ocasión en la que el Presidente ruso se baña en aguas congeladas, ya que lo ha hecho años atrás para celebrar el bautismo de Jesús en la fe ortodoxa.