La mayoría de los casos que terminarían en la pérdida visual se podrían prevenir con una detección precoz y un adecuado tratamiento. Por ejemplo, el glaucoma, las cataratas, la retinopatía diabética, la ceguera infantil y los defectos refractivos, pueden convertirse en ceguera total sin la atención y el tratamiento adecuado.

Protección solar

El uso de anteojos de sol es sumamente importante para poder proteger nuestra vista. Y resulta necesario que sea desde la infancia para evitar lesiones por la acumulación de la exposición solar. Con la llegada de las temperaturas más cálidas, es habitual pasar gran parte del tiempo al aire libre, lo que incrementa el riesgo de determinadas afecciones oculares como la fotoconjuntivitis, la catarata precoz, las retinopatías y la degeneración macular, entre otras.

Alimentación equilibrada

Los alimentos ricos en vitaminas C y E (cítricos, frutillas y almendras y semillas de girasol), el zinc(ajo y lentejas), luteína (hojas verdes como las espinacas, el brócoli, los espárragos, la acelga) y ácidos grasos Omega 3 (salmón, la sardina, el atún y la trucha) son ideales para mantener la salud visual.

Reducir el estrés y la fatiga ocular

Adultos y chicos estamos cada vez más tiempo frente a la televisión o a la computadora. Pero hay que recordar que es necesario descansar la vista cada 20 minutos. Dormir 8 horas diarias y cerrar los ojos relajando los párpados, también ayudan a combatir la fatiga.

Control en todas las edades

En muchas etapas de la vida un examen ocular es tan sencillo como importante. Ciertas enfermedades oculares infecciosas, congénitas y hereditarias pueden manifestarse al nacer. Los niños deben realizarse exámenes visuales y de salud ocular apropiados para su edad durante la infancia ya que pueden detectarse diferentes problemas oculares durante cada visita.