Aunque pareciera una mentira, los terroristas de Barcelona que han causado la muerte de 14 personas, cientos de heridos y un daño económico y social incalculable durante los dos atentados, eran amantes del fútbol y de pasear en bicicleta.
De acuerdo con la nota publicada por El Universal, la docena de responsables pareciera no entrar en el perfil de inmigrantes con problemas de integración, ni combatientes regresados de Siria e Irak. Son nada más y nada menos que vecinos de Ripoll, una localidad con 11 mil habitantes, 5% magrebíes, en un rincón de la cordillera de los Pirineos en donde apenas hay desempleo.
Según medios de España, en el pueblo recuerdan a los jóvenes de entre 17 y 25 años por su interés y habilidad para jugar fútbol local o porque se les veía a menudo paseando en bicicleta por las plazas.
Sin ningún antecedente por terrorismo, los responsables hicieron de este círculo social e integración familiar, un plan asesino sin levantar ni una sola sospecha.