Michel Temer, Presidente de Brasil, se aferró ayer a su cargo en medio de crecientes presiones para que renuncie derivadas de un colosal escándalo que le implica en hechos de corrupción que el Supremo Tribunal autorizó ya investigar.
“No renunciaré. Repito. No renunciaré y exijo un esclarecimiento pleno de todo”, declaró Temer en un mensaje a la nación.
Tras el anunció que hizo el Presidente, miles de brasileños salieron ayer a las calles a manifestarse con gritos de “Fuera Temer”. En la capital del país los inconformes se encontraron con policías, que emplearon gases lacrimógenos para intentar dispersar a lo manifestante.
Ayer mismo, el Supremo Tribunal Federal (STF) brasileño convalidó las declaraciones premiadas de Joesley y Wesley Batista, dueños del gigante de la alimentación JBS, e hizo pública una grabación hecha secretamente de una conversación comprometedora con temer.