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Alejandro Santana/ El Nacional

Aunque este es un estudio que hasta el momento solo se han obtenido logros en ratones, se espera implementar esta nueva técnica genética en humanos, que sería capaz de evitar la transmisión de enfermedades hereditarias, consiguiendo eliminar las mutaciones mitocondriales en los óvulos.

Las mitocondrias son pequeñas centrales eléctricas generadoras de energía en las células del cuerpo, y las enfermedades que afectan a estas mitocondrias se transmiten de únicamente de madre a hijo.

Hasta el momento, si los padres quieren evitar que las enfermedades mitocondriales ataquen a los hijos, la única opción sería acudir al diagnóstico genético pre-implantacional con lo que se podría seleccionar los embriones, siendo esta una opción tan segura, pues nada garantiza que él bebe nazca sano.

Dentro de la investigación que encabeza el científico español y profesor del laboratorio de Expresión Genética del Salk Institute de la Jolla de California (EEUU), Juan Carlos Izpisúa, y donde además colaboran, el Hospital Clínic y Sant Joan de Déu y el Instituto de Bioingeniería de Cataluña, se ha desarrollado la técnica simple para la eliminación de mutaciones mitocondriales en óvulos o embriones en fase temprana del desarrollo para evitar así la herencia de enfermedades mitocondriales.

En una publicación de la revista Cell, el investigador explica sobre los tratamientos y sobre la tecnología que se ofrece.

“Actualmente, no hay tratamiento para enfermedades mitocondriales u nuestra tecnología puede ofrecer una nueva esperanza para los potadores de enfermedades mitocondriales que deseen tener hijos sin la enermedad”, mencionó Juan Carlos Izpisúa.

Las células vivas pueden tener miles de mitocondrias, teniendo cada una su ADN, una colección de 37 genes tan esenciales que si se mutan,  causan diferentes enfermedades, además de ser capaz de provocar la muerte del recién nacido.

“La mayoría de estrategias actuales trata de desarrollar fármacos para pacientes que ya sufren de estas enfermedades”, explicó uno de los investigadores involucrados en el laboratorio de Izpisúa, Alejandro Ocampo.

“Por eso pensamos en prevenir la transmisión de estas mutaciones de forma temprana en el desarrollo embrionario” agregó.

Fueron dos tipos de moléculas a las que los investigadores recurrieron, las nucleasas, que puedan diseñarse para cortar las hebras del ADN, sirviendo así, como “tijeras moleculares”.

La técnica se realizó en los ratones con dos tipos de ADN mitocondrial, los científicos seleccionaron la transmisión de uno de los tipos a la siguiente generación, usando las nucleasas tanto en óvulos como en los embriones del ratón. El ratón recién nacido dentro de la técnica, se desarrollaron naturalmente en su edad adulta.