Redacción/El Nacional
Madison Gulliver, una niña inglesa de siete años, resultó con una serie de ámpulas y heridas como consecuencia de aplicarse un tatuaje de henna negra. Esto sucedió en las instalaciones de un hotel de la localidad de Hurgada, destino turístico situado en la costa del Mar Rojo en Egipto.
Pasaron pocos minutos antes de que Madison comenzara a experimentar comezón y ardor en la zona donde le fue aplicado el tatuaje, la mayor parte de su brazo derecho.
La zona marcada con henna se inflamó hasta crear grandes ámpulas, que debido a su severidad tuvieron que ser atendidas en un hospital de la localidad como si se trataran de quemaduras químicas.
Cabe destacar que la henna tradicional no es de color negro sino de un tono café cobrizo, al ser colocado sobre la piel, la henna suele permanecer en la forma en que fue desarrollado el dibujo aproximadamente una semana, tras este período, comienza a desvanecerse con el baño y su trazo diluido pasa del café a un rojo suave y finalmente al anaranjado.
Por otro lado, la henna negra utilizada en el tatuaje de Madison incluye entre sus ingredientes el químico conocido como parafenilendiamina (PPD), un derivado de la anilina que se utiliza para la fabricación de tintes para el cabello y barba. Dicho agente puede desatar reacciones alérgicas en la piel de algunas personas, especialmente niños.
Los doctores que atendieron a Gulliver indicaron que debido a la profundidad de las heridas, las cicatrices en la piel de la niña serán permanentes.
“Ella tiene mucho dolor…En parte es culpa mía por no haber sabido de este peligro, pero también es culpa del hotel por utilizar productos químicos peligrosos en niños” argumenta su padre.
La familia Gulliver interpondrá una demanda en contra del hotel debido a la negligencia con la que ofrecieron un servicio del que no se tenía ningún tipo de pruebas de seguridad ni advertencia de las posibles consecuencias del mismo.