Los equipos de rescate continúan las actividades de quitar escombros luego del derrumbe de un puente en Italia que provocó 37 muertos, mientras el Gobierno culpa al propietario privado de la estructura, pidiendo dimisiones y dando pasos para quitarle su concesión de peaje.

El puente de 50 años, parte de una autopista de peaje que une la ciudad portuaria de Génova con el sur de Francia, se derrumbó el martes durante una jornada de lluvias torrenciales, provocando la caída de decenas de vehículos al lecho de un río, una vía del tren y dos almacenes.

Mientras las grúas llegaban para desplazar trozos de cemento partido del tamaño de un camión, bomberos continúan buscando supervivientes.

El estado del puente y su capacidad para soportar grandes aumentos de la intensidad y el peso del tráfico a lo largo de los años ha centrado el debate público desde el derrumbe, cuando cedió un trozo de 80 metros mientras autos y camiones lo atravesaban a la hora del almuerzo.

Pocas horas después de la catástrofe, el Gobierno que asumió el poder en junio dijo que el derrumbe demostraba que Italia necesitaba gastar más en sus deterioradas infraestructuras, haciendo caso omiso de las restricciones presupuestarias de la UE si es necesario.