Redacción/ El Nacional


El Tribunal Supremo de Italia condenó de manera definitiva, a 16 años de prisión por homicidio a Francesco Schettino, capitán del crucero ‘Costa Concordia’, cuyo naufragio dejó 32 muertos en 2012.

Schettino, de 56 años, fue condenado en primera instancia en febrero de 2015 por homicidio involuntario, naufragio y abandono de barco a 16 años y un mes de prisión. Dos años más tarde, la justicia italiana confirmó una apelación de sentencia. La fiscalía había pedido entonces 27 años de cárcel mientras que la defensa, que ha mantenido siempre su inocencia, pidió liberación.

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La noche del 13 de enero de 2012 el buque Costa Concordia, en la que viajaban 4.229 personas chocó contra unas rocas y se hundió frente a la costa de la isla toscana del Giglio, en Italia.

La justicia italiana considera probado que el capitán del barco provocó el accidente al ordenar el desvío de la ruta original y navegar demasiado cerca de la costa.

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El capitán Schettino tardó más de una hora en lanzar la señal de alarma y la evacuación fue un completo caos. Muchos de los pasajeros se lanzaron al agua intentando alcanzar la costa, ya que no había botes salvavidas suficientes. Sin embargo el capitán, el último en abandonar el barco según la normativa marinera, tuvo más suerte y sí consiguió subirse a uno, dejando atrás a cientos de personas. Más tarde dijo que se había caído sobre el bote debido a la inclinación del barco, pero su ropa seca al llegar a tierra y las imágenes registradas por los bomberos, demostraban lo contrario.

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Schettino siempre ha defendido su inocencia y ha señalado a su tripulación como responsables de la tragedia por no haberle advertido a tiempo.

El buque naufragado era uno de los barcos cruceros más grandes de la flota de Costa Cruceros, una de las principales navieras europeas. El Costa Concordia era una mole de 114.500 toneladas y tenía capacidad para acoger hasta 3.800 pasajeros. En su interior albergaba cinco restaurantes, trece bares, cuatro piscinas y hasta un simulador de Fórmula 1. En 2014 fue reflotado y transportado hasta el puerto de Génova donde fue desguazado. La operación costó 600 millones de euros.