Representantes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el cual lidera Antonio Pradas, entregaron en la sede del partido 17 renuncias de otros miembros de la Ejecutiva Federal para propiciar la caída de Pedro Sánchez como secretario general.
Los dirigentes críticos, encabezados por la federación de Susana Díaz, máxima rival de Sánchez y candidata a sucederle, fueron apoyados por sus colegas de Madrid también rivales de Sánchez. Todos lo acusan de ser el máximo responsable de las últimas derrotas en las elecciones autonómicas y generales y de haber conseguido los peores resultados en las historia del partido.
Los estatutos del PSOE señalan que si la mayoría de la Ejecutiva presenta su dimisión, el partido pasa directamente a manos de un órgano interino que vigila su actividad hasta la convocatoria de un congreso que designe un nuevo secretario general y una nueva dirección.
Verónica Pérez, presidenta del Comité Federal máximo órgano entre congresos, se hará con las riendas del PSOE hasta que se constituya una gestora.