De acuerdo con un plan de desarrollo interpuesto en Shanghai para el periodo 2017-2035, se ha establecido un límite máximo de extensión para zonas urbanas de 3,200 kilómetros cuadrado, lo que significa que en este periodo de tiempo, la población no podrá aumentar.
Con este anuncio se especifica también que se ha fijado un límite de 25 millones de habitantes, para una ciudad que ya cuenta con 24 millones, lo que podría causar la expulsión de miles de inmigrantes y el cierre de sus negocios.
Esta medida es similar a la interpuesta por Pekín que cuenta con un límite a no más de 23 millones de habitantes y 2,760 kilómetros cuadrados hasta el 2035, lo que en su efecto ya ha causado el cierre de cientos de pequeños negocios en las áreas más populares de la ciudad.
A esto se suman protestas de los afectados, que cuentan con el apoyo de intelectuales que califican estas acciones como “despiadadas” y “contraria a los derechos humanos”.