Alejandro Santana/El Nacional
La mala alimentación, el sedentarismo, y el tabaquismo, son solo algunos malos hábitos que conllevan a que un infarto sea más prolongado y por consecuencia, adelantar la muerte.
Anteriormente los infartos cardíacos eran más frecuentes en personas de aproximadamente 60 años, pero, “gracias” al sobrepeso, la obesidad, diabetes e hipertensión, los infartos cardíacos han comenzado a presentarse en personas mucho menores de la edad ya mencionada, es decir, en personas de entre 40 y 50 años.
En México, la principal causa de muerte es la Cardiopatía Isquémica, la cual es una enfermedad que se puede prevenir siempre y cuando se conozcan los factores de riesgo para así, poder controlarlos y prevenir la causa de un infarto.
Los principales causantes son:
– Edad avanzada.
– Antecedentes de familiares que la hayan padecido.
– Aumento de colesterol, específicamente del LDL (malo).
– Hipertensión arterial.
– Obesidad.
– Tabaquismo.
– Diabetes mellitus.
– Sedentarismo
– Haber presentado anteriormente infarto.
Es importante recalcar que se da más en los hombres que en las mujeres.
Es importante que las personas que presenten un cuadro de salud delicado tomen conciencia y cuiden de sí, pues se estima que los infartos que se sufren en la calle, llegan a tener un 30 por ciento de probabilidad de mortandad.
Dentro de los síntomas un poco más frecuentes se encuentran los siguientes.
– Dolor torácico intenso y prolongado.
– Palidez.
– Dificultad para respirar.
– Sudoración.
– Mareos.
Otras causas también podrían ser las náuseas, vómito y pérdida casi total de la fuerza.
Prevenir el riesgo de padecer un infarto si es posible, pero hay que evitar un listado de recomendaciones.
– Cambiar la alimentación sería un buen paso. Iniciar una dieta equilibrada, donde
se convine frutas, verduras, legumbres y cereales.
– No consumir bebidas alcohólicas.
– No fumar.
– Hacer como un nuevo hábito el ejercicio, y hacerlo a través de la natación,
bicicleta, e incluso caminar 30 minutos por la mañana y por la tarde.