El Tribunal Superior de Justicia del Estado de México llevo a cabo por primera vez un juicio de divorcio por telepresencia, haciendo posible que dos personas ubicadas en distintos puntos de la geografía estatal concluyeran con el vínculo matrimonial.
A través de un enlace de Tenango y Almoloya de Juárez, donde se encuentran los divorciantes, con el Juzgado Primero de lo Familiar, cuyo titular en segunda audiencia declaró disuelta la relación.
La telepresencia permitió el ahorro de tiempo y recursos, ya que los entonces esposos se encuentran privados de su libertad en los penales de Tenango y Almoloya y asistir a esta audiencia implicaba la realización de diversos trámites