Mauricio Mendoza / El Nacional
Han pasado seis años desde la última vez que se definió el descenso en la última jornada. Desde entonces Indios de Ciudad Juárez, Necaxa, Estudiantes, Querétaro y Atlante se han ido con unas jornadas de anticipación.
En el Clausura 2009, Necaxa y Tigres llegaron a la última fecha con un punto de diferencia, a favor de los regiomontanos. Los Rayos visitaban al América y los de la Autónoma de Nuevo León recibían a los Monarcas. Por si faltaran más emociones, tanto Morelia como las Águilas necesitaban la victoria para aspirar a la liguilla.
Jesús Molina anotó el primer gol para los universitarios apenas a los dos minutos de haber iniciado los encuentros, por lo que una victoria del Necaxa no sería suficiente para mantenerse en primera división. A los 28 minutos del primer tiempo, Fernando Ortiz marcó para los de Coapa, con lo que las aspiraciones de los rojiblancos se esfumaban.
Sin embargo, en el segundo tiempo, Jorge Gastelum empató el partido en la sultana del norte y los hidrocálidos mantenían la esperanza. Desde la banca se gritaba: “Ya empató Morelia”, por lo que los necaxistas se volcaron al frente. Raúl Arias mandó a Diego Cervantes a la cancha, con la esperanza de encontrar un balón en el aire, pero el esfuerzo fue inútil.
Conforme se acercaba el final de cada uno de los partidos, el nerviosismo se sentía en cada rincón de la cancha y la tribuna. En el Universitario los aficionados felinos le gritaban a Tomás Boy que se dejara ganar por el equipo de sus amores. En el Azteca, todos se mordían las uñas, ya que los Rayos mantenían el destino en sus manos, al menos que otra cosa pasara.
Cuando acabó el partido, las dos caras de la moneda se vieron al mismo tiempo. Mientras los del Necaxa estaban con la mirada clavada en el suelo y las lágrimas recorrían sus mejillas, al saber que el próximo partido que disputarían sería en la división de plata; los de Tigres festejaron sabiendo que el objetivo se había cumplido, al menos ese año.
Este fin de semana la situación se vivirá de la misma manera, tanto en el Estadio Azul y en el Territorio Santos Modelo, en Torreón, como en las ciudades de Guadalajara y Puebla; una mezcla de emociones que sin duda se extrañaba en la Liga Mx.