Redacción/ El Nacional

Una cultura de consumo de alcohol se ha instalado en Latinoamérica y amenaza con convertirse en un auténtico problema de salud pública en la región, puesto que en América se bebe 2.2 litros más alcohol que el promedio mundial de una persona. La BBC publicó la síntesis de un informe presentado por la OMS con relación al preocupante tema.

 

Maristela Monteiro, asesora principal en abuso de sustancias y alcohol de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la BBC, “En América las personas consumen en promedio 8.4 litros de alcohol puro al año y la conclusión de que ello ocurra es el creciente desarrollo económico”, señaló.

América solo es superada por Europa, donde se bebe más, algo que se debe, sobre todo, al alto consumo en los países de la Europa del Este.

Según Monteiro, la economía y los valores importados de la globalización están generando que el consumo de alcohol sea excesivo y que haya una tendencia abrupta al crecimiento. También agrega, “El alcohol llega a todas partes, se han mejorado las cadenas de distribución, hay más establecimientos y oferta y tampoco es desdeñable la presión que la industria sabe ejercer sobre los gobiernos para que los precios del alcohol estén bajos y no haya regulaciones”.

La cerveza es la primera de la lista en bebidas alcohólicas de mayor consumo, representando el 55% del total. Le siguen licores como el vodka y el whisky con más del 30% y el vino con 12%. El informe propone una reflexión profunda sobre la problemática ya que la primera consecuencia de esto se mide en vidas humanas: 300.000 muertes en un año. El informe que contempla cifras de 2012 señaló que 300 mil personas perdieron la vida y 80 mil más fallecieron, pero pudieron haberlo evitado si el alcohol no hubiera estado presente en sus vidas.

Según la OMS, el consumo de alcohol contribuye con más de 200 enfermedades y lesiones, incluyendo la cirrosis hepática y algunos tipos de cáncer. También hace que algunos tratamientos de enfermedades infecciosas como el VIH o la tuberculosis pierdan efectividad y adherencia, además de ser el factor principal de riesgo de muerte en adolescentes. La proporción de aumento año a año ha sido más significativa en el continente americano. Los hombres por ejemplo pasaron de tener consumos episódicos fuertes (cuatro o cinco bebidas en al menos una ocasión en 30 días) de 18% en 2005 a 30% en 2010. En las mujeres el incremento pasó de 4.6% a 13%.

El impacto sobre la salud del consumo de alcohol es muy grave en todos los países. En la región, uno de cada cinco bebedores (22%) toma excesivamente, un porcentaje superior al promedio global, situado en un 16%. Monteiro opina que “No hay hábito de tomar una cantidad moderada por gusto o por salud, como por ejemplo en el vino: el consumo se concentra en grandes dosis. Especialmente en los jóvenes, que lo ven como una especie de rito con prestigio social”. En 2010, alrededor de 14.000 jóvenes de menos de 19 años murieron en la región por motivos atribuidos al alcohol.

Las consecuencias no solo se ven en la salud, sino también en los recursos financieros que se invierten para contrarrestar los problemas y en los niveles de productividad. La OMS recomienda ante esto que los gobiernos implementen algunas medidas como subir los precios del alcohol y restringir horarios de venta. El informe señala también que el alcohol no afecta sólo a quien bebe, pues esta es la causa de muchos episodios de violencia, accidentes de tránsito y “baja la productividad del país por culpa no sólo de ausencias al trabajo sino por lo que se conoce como ‘depresentismo’, es decir, personas que acuden a su puesto de trabajo sin fuerzas”. Los accidentes por consumir bebidas etílicas son otra problemática añadida.

Dentro de las medidas que propone la OMS para disminuir los problemas causados por el consumo excesivo de alcohol se presentan: subir los impuestos al alcohol, limitar horarios y días de venta en los establecimientos, subir la edad legal mínima para consumir, reducir o prohibir su publicidad (70% de países no tienen reglamento sobre ello), etc. También hace hincapié en las leyes de tráfico. Y es que solo cinco países de las Américas (Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay) han fijado el límite legal recomendado de menos de 0,04 g/dl para la concentración de alcohol en la sangre para conducir. Y, por último, la educación. “Hay que acabar con el prestigio social de beber alcohol”.

Según los datos de la OMS, los países que más beben son los siguientes: Chile: es el que más, con un consumo anual per cápita de 9,6 litros de alcohol puro.Argentina: 9,3 litros per cápita. Venezuela: 8,9 litros. Paraguay (8,8 litros), Brasil (8,7), Perú (8,1), Panamá (8), Uruguay (7,6), Ecuador (7,2), México (7,2), República Dominicana (6,9), Colombia (6,2), Bolivia (5,9), Costa Rica (5,4), Cuba (5,2), Nicaragua (5), Honduras (4), Guatemala (3,8) y El Salvador (3,2).