Una perrita fue sacrificada aplicándole la eutanasia para que la pudieran enterrar junto a su dueña en Richmond, Virginia.
Los empleados de un refugio de animales trataron de convencer al trabajador de una finca de no sacrificar a ‘Emma’, una mezcla de Shih Tzu. Sin embargo sus esfuerzos no dieron resultados positivos ya que la mascota fue sacrificada y cremada.
“Sugerimos que podrían dar al perro en numerosas ocasiones, porque es un perro en el que podríamos encontrar un hogar y volver a casa”, dijo Carrie Jones, gerente de Chesterfield Animal Services.
Sus cenizas fueron colocadas en una urna y entregadas al albacea de la difunta.
Los cementerios de Estados Unidos están regulados por las leyes estatales, por lo que donde vives determina si es legal o no ser enterrado junto a tu mascota. En el caso del estado de Virginia en 2014 se emitió un acta que permite estos entierros.
Permite a los cementerios tener una sección dedicada a los restos humanos y otra a las mascotas de los difuntos. Sin embargo, se tratan de espacios separados y no de una misma tumba, cripta o nicho compartido por la persona fallecida y su perro.
Veterinarios con licencia, técnicos certificado en eutanasia, oficiales de Control Animal e investigadores tienen el permiso de realizar estos procedimientos de acuerdo a la Asociación de Veterinarios Médicos de Estados Unidos, pero hacerlo con un perro saludable es diferente.