Un sacerdote fue secuestrado cuando cuatro personas asistieron a la parroquia Preciosa Sangre de Cristo, en la alcaldía de Gustavo A. Madero para supuestamente auxiliar espiritualmente a un moribundo, después de lograr privarlo de su libertad realizaron un llamado para exigir un millón de pesos para no matarlo y dejarlo libre.
El 2 de octubre a las 11 de la noche el clérigo atendió el llamado de los sujetos quienes tocaron la puerta y fingieron “ser familiares de una persona a punto de morir”. Con engaños lograron que saliera de la parroquia y que entrara en la casa número cinco de la calle Pirules, colonia Malacates. Ahí sacaron pistolas: “¡Esto es un secuestro, no hagas tonterías!”, gritaron los criminales que lo llevaron a otro inmueble de la calle Mirador.
Lo golpearon y lesionaron con cuchillos en muñecas y glúteos. El padre escuchó que los secuestradores se comunicaron por teléfono con su hermana, a quien le exigieron un millón de pesos para no matarlo.
Familiares acudieron a la Procuraduría General de la República (PGR) para presentar una denuncia; el Ministerio Público federal levantó la carpeta de investigación. Pasaron horas; el padre seguía secuestrado en una casa de la colonia Malacates. Se percató que solo era vigilado por una mujer y en un descuido de ella decidió escapar.
Alrededor de las 20:00 horas del jueves logró salir y pedir ayuda a la gente que de inmediato lo protegió afuera del número 27 de la calle Mirador.
Policías de la Secretaría de Seguridad Pública de Ciudad de México llegaron y lo auxiliaron; el sacerdote fue ingresado en el hospital de Ticomán y de ahí al Ángeles Lindavista, donde llegaron elementos federales para custodiarlo.
El padre Alatriste está fuera de peligro, pero los secuestradores siguen libres.