Redacción/El Nacional

Uno de los primeros patrones de diseño de las sillas para oficina fue inventado en la década de 1800 por el naturalista Charles Darwin.

Darwin añadió ruedas a su silla personal de laboratorio de su casa de Kent, en Inglaterra, para que pudiera llegar a sus especímenes más rápidamente.

Hoy en día usamos nosotros mismos esas ruedas principalmente para darle la vuelta a la impresora que tenemos a un metro y medio de distancia, o para las típicas carreras en la oficina.

Aunque no lo parezca, la comodidad fue el tema central del diseño de las sillas original. Es curioso pensar que, incluso a mediados de 1800, los diseñadores de los muebles para oficina pensaban en la comodidad personal en el área de trabajo.

Pero este concepto de diseño no estaba necesariamente pensado para el bienestar del trabajador, la idea era hacer que estas fueran lo más confortable y funcional posible para que el empleado permaneciera sentado más tiempo y fuera más productivo.

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