Redacción/El Nacional
Según un estudio, demostró que el sabor agradable o desagradable de un alimento puede cambiar el estado de una persona.
El estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores de los Países Bajos, Austria y Finlandia, realizaron un experimento con tres grupos de al menos 24 participantes y cuatro técnicas o métodos para medir sus respuestas emocionales, a cada uno de ellos se les dio un par de yogures de sabores, de la misma marca pero de diferente sabor o contenido de grasa.
Los cuatro métodos para medir la respuesta emocional ante el yogur fueron: la lectura del rostro durante el consumo, una prueba de proyección emotiva (EPT o terapia de polaridad emocional), una prueba de tiempo de reacción basada en la congruencia de humor y el seguimiento de los ojos para medir el impacto del envase en sus reacciones, las pruebas se realizaron antes y después de ingerir los yogures.
Los resultados revelaron que estar sorprendido gratamente o, al contrario, decepcionado, por un sabor, parecía influir en los estados de ánimo de los voluntarios, respecto a los sabores, no encontraron diferencia en las respuestas emocionales de la mayoría de los sabores de yogur, sin embargo el yogur de vainilla destacó por haber provocado en general una respuesta emocional positiva de gran intensidad (se sentían más felices).