Consumir comida o bebidas no alcohólicas con la esperanza de que absorba parte del alcohol mientras duermes, no tendrá ninguna clase de efecto en tu resaca del día siguiente, tal y como demuestra una investigación realizada en Holanda.
Los científicos holandeses realizaron un estudio entre estudiantes y descubrieron que el 69% sufrían resacas tras una noche de fiesta, mismas que de aquellos quienes justo habían comido poco antes de echarse a dormir eran tan severa como la de aquellos que se metían bajo las sábanas con el estómago vacío.
Si se espera a comer o beber agua hasta el final de la noche, el daño ya está hecho, ya que todo el alcohol consumido en horas previas ya ha sido absorbido por el cuerpo, y por mucha comida o bebida que añadas, no tendrá ningún efecto sobre los daños del día siguiente.
La comida en el estómago puede reducir la concentración de alcohol en sangre al menos un tercio. La presencia de otro fluido en tu estómago ralentiza la aparición de alcohol en el intestino delgado, lo que a su vez decelera el ratio de absorción corporal, pero una buena regla general es alternar un vaso de bebida no alcohólica por cada vaso que sí lo contenga.
El 31% de estudiantes que participaron en el estudio y que aseguraban no tener resaca en absoluto o que eran “inmunes” a ellas, 4 de cada 5 presentaron un nivel de alcohol en sangre menor de 0,10%, tal y como descubrieron los investigadores.
Cabe mencionar que consumir comida o bebida no alcohólica mientras vas de fiesta puede ayudarte a no sentirte tan mal el día siguiente, pero la mejor cura contra la resaca es la que ya se conoce, es decir, “no ponerse hasta las chanclas”.