Erika Williams/El Nacional
Es la película maldita por excelencia, puesto que el supuesto “maleficio” que acompañó al primer filme de la saga se extendió a toda la trilogía. Así, entre el primer y el tercer filme, murieron cuatro miembros del reparto.
Entre ellos se incluye a Dominique Dunne, quien interpretaba a la hermana mayor de la pequeña protagonista y que fue estrangulada por su novio a los 22 años; el actor Julian Beck, que debía aparecer en la segunda parte, murió de cáncer de estómago a los 60 años, y Will Sampson, que interpretaba a un médico indio en el segundo filme, falleció por culpa de problemas post-operatorios a los 53 años.
El caso más conocido es el de la pequeña y rubia protagonista, Heather O’Rourke, que murió de un shock séptico a los 12 años, tras filmar la tercera parte de la saga.
Se dice que su madre, mientras se encontraba en la sala de espera del hospital donde atendían a su hija, aseguró haberla visto por una ventana diciéndole: “Mamá, no voy a volver”. Muchos aseguran que la maldición comenzó después que se usaran restos de tumbas reales durante el rodaje de la primera parte wesker.