Redacción/El Nacional
Dormir es una de las necesidades básicas que debemos atender todos los días. Descansar pocas horas, hacerlo demás o despertarse muchas veces en la noche, nos causa todo tipo de problemas.
Dolores de cabeza, irritabilidad, angustia y cansancio físico, son solo algunos ejemplos. Quizás uno de los efectos más nocivos y molestos sea el bajo rendimiento mental luego de una mala noche de sueño.
Si bien, ya conocíamos estos efectos por la falta de sueño, científicos de la Universidad de Oxford nos presentan uno más: dormir mal puede encoger nuestro cerebro.
Un estudio recientemente publicado, comprobó que existe gran relación entre la atrofia cerebral y la calidad del sueño. Los investigadores llevaron a cabo un análisis longitudinal, es decir, con los mismos pacientes, a través de varias etapas, durante un período prolongado de tiempo.
La muestra estuvo compuesta por 147 adultos entre 20 y 84 años, de una misma comunidad. Al comienzo del estudio se le realizó un cuestionario sobre sus hábitos de sueño y una resonancia magnética a cada uno. Transcurridos aproximadamente unos tres años y medio, se les realizó una segunda resonancia.
Según los cuestionarios iniciales, el 35% de los pacientes presentaba problemas de sueño. Posteriormente, la segunda resonancia indicó que aquellos pacientes que habían demostrado problemas de sueño al comienzo del estudio, mostraban pérdida de volumen y tamaño del cerebro. Los resultados fueron más significativos en los pacientes mayores de 60 años.
Los investigadores entienden que hay suficiente evidencia para afirmar la relación que existe entre la calidad del sueño y el tamaño del cerebro. Sin embargo, no están seguros sobre qué ocurre primero. Aún no saben si los problemas de sueño son una causa o una consecuencia de la pérdida de volumen y tamaño cerebral.
En cualquier caso, este estudio sólo analizó el volumen y tamaño del cerebro, no así capacidades cognitivas. Por lo tanto, por el momento no es posible relacionar directamente los problemas de sueño con la pérdida de aptitudes mentales o motrices.
Un estudio de similares características, que incluya nuevas etapas y analice nuevas variables, podría contestar esta interrogante. Por el momento, solo sabemos que el tamaño importa y que está relacionado con la calidad del sueño.