Redacción/El Nacional
La próxima vez que vayas a echarte algo a la boca, siéntate primero y reducirás las posibilidades de subir de peso. Las personas que comen según las pautas tradicionales ingieren menos calorías en su próxima comida que aquellas que comen de pie, según un estudio canadiense.
Los investigadores sirvieron a 64 adultos porciones idénticas de sopa, un bocadillo, una pieza de fruta y un yogur. La mitad de los participantes comieron sentados en una mesa con su mantel, mientras que la otra mitad lo hicieron de pie en una barra. El grupo de los sentados consumió un tercio menos cuando se les sirvió un plato de pasta en la próxima comida. “Todos los atavíos de una comida formal te hacen creer que has comido más de lo realmente comes, al aumentar tus niveles de saciedad” aclara la autora del estudio, la Dra. Patricia Pliner

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Como bien decía Aristóteles, la mejor posición para comer es sentada con ambas piernas apoyadas en el suelo y sin distractores como televisión, computador o revistas. Se debe masticar lento para darle tiempo al cerebro de asimilar la ingesta de alimentos y darle señal para inhibir el apetito. Es necesario, además, descansar después de comer para que el flujo de sangre se concentre en el estómago e intestino y así absorber mejor los nutrientes.
Es por eso que da tanto sueño después de almuerzo: hay una cantidad mínima de concentración de sangre que llega al cerebro porque la mayoría está trabajando en la digestión.

 

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