Un grupo de científicos ha logrado revivir un gusano redondo que se mantuvo congelado en el permafrost siberiano durante 46.000 años.
El gusano sobrevivió en un estado de criptobiosis, en el que su metabolismo se reduce al mínimo y puede tolerar condiciones extremas, como la falta de agua y oxígeno, así como temperaturas de congelación y salinidad extrema.
Este hallazgo representa una nueva especie denominada Panagrolaimus kolymaenis. Los investigadores descubrieron que esta especie compartía con el C. elegans un conjunto de herramientas moleculares que les permitían sobrevivir a la criptobiosis, incluyendo la producción de un azúcar llamado trehalosa.
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En otro estudio previo, los científicos habían revivido dos especies de lombrices intestinales encontradas en el permafrost siberiano hace cinco años. Los análisis de radiocarbono revelaron que los depósitos helados no se habían descongelado durante aproximadamente 46.000 años.
Además, la secuenciación del genoma y el análisis filogenético mostraron que el gusano revivido pertenecía a una nueva especie, P. kolymaenis, que compartía genes implicados en la criptobiosis con el C. elegans.
Este tipo de descubrimientos no solo arrojan luz sobre la capacidad de estos organismos para sobrevivir durante largos períodos de tiempo, sino que también podría tener aplicaciones en la conservación de especies extinguidas y en la comprensión del cambio climático a través de bioindicadores como el microgusano de Jaén.