Diego Santoy Riveroll, quien desde hace 12 años y medio cumple una sentencia en el Penal de Cadereyta por el homicidio de los pequeños Erick Azur y María Fernanda, en Monterrey, reveló que una vez que cumpla su condena, no piensa quedarse a vivir en la Ciudad.

“No es la idea”, respondió a un medio local que tuvo ingreso al reclusorio.

Señaló que una de sus expectativas es dejar las experiencias malas a un lado y “valorar lo que realmente importa”.

“Esto no deja de ser una enseñanza, es parte, es como si fuera una escuela, aquí aprendes mucho. El valorar lo que realmente importa, porque estás afuera y das por hecho que lo que tienes te lo mereces, y a veces no es así”, mencionó.

Santoy Riveroll es uno de las mil 841 Personas Privadas de su Libertad (PPL) que permanecen internados en el citado centro penitenciario, donde trabaja haciendo carteras en uno de los 11 talleres.

El regiomontano que fue apodado como “El Asesino de Cumbres” dijo que una vez que salga de prisión, lo único que espera de la sociedad es que lo ignoren.

“Simplemente ignorarme, no espero nada bueno ni malo, nada más simplemente el día en que yo salga de aquí, haya cumplido con una condena y seguir con mi vida, nada más”, subrayó Riveroll, mismo que hoy por hoy está casado y tiene un hijo.

“(Saldré) pues a empezarla otra vez, no continuar, (mi vida) la dejé completamente estancada, sin terminar de estudiar ni nada, entonces es realmente salir y empezar a hace runa vida”, añadió.

En el 2006, cuando Santoy Riveroll era un joven veinteañero, conmocionó al país por cometer el doble homicidio de los hermanitos Erick Azur y María Fernanda, en un domicilio del sector Cumbres, al poniente de Monterrey.

Hace unos años, Diego consiguió la reducción de su sentencia, de 138 a 71 años. Sin embargo, según la ley, ningún PPL puede purgar más de 40 años en prisión.

Redacción/El Nacional