Rubén García Villalpando, ciudadano mexicano abatidos a tiros en Texas por la policía

Redacción / El Nacional

El ciudadano mexicano Rubén García Villalpando, muerto a tiros por un policía en Grapevine (Texas) el pasado 20 de febrero, estaba bajo los efectos del alcohol en el momento del percance, según la autopsia a la que tuvo acceso el periódico local Fort Worth Star-Telegram.

Según el informe, García Villalpando, un indocumentado de 31 años, tenía una tasa de alcohol en sangre de 0,14, casi el doble de lo permitido en Texas, que es 0,08. El 20 de febrero, tras una breve persecución, García Villalpando obedeció la orden policial de detener su vehículo, salió desarmado y con las manos en alto, y fue disparado por el agente Robert Clark.

El departamento de Policía de Grapevine explicó entonces que la cámara instalada en el vehículo policial captó parte del incidente y aseguró que el ciudadano mexicano se abalanzó sobre el agente, pese a que éste le ordenó que se detuviera.

El Gobierno de México “condenó” los hechos y los consideró una muestra “del uso de la fuerza letal de modo desproporcionado”, como ya había hecho días antes con la muerte de Antonio Zambrano Montes, otro ciudadano de ese país fallecido a manos de la policía estadounidense en el estado de Washington.

Tras conocer que García Villalpando se encontraba en estado de embriaguez en el momento del suceso, su cuñado, Fernando Romero, afirmó al “Fort Worth Star-Telegram” que “eso no justifica que le disparasen y matasen”, aunque lamentó que “lo utilizarán en su contra”.

“Si estaba haciendo algo malo, nosotros no estamos de acuerdo y tendría que haber pagado por ello. Pero no pensamos que sea una razón para dispararle”, agregó. Por su parte, el portavoz del Departamento de Policía de Grapevine, Robert Eberling, explicó que para los agentes supone “un desafío mucho más grande tratar con alguien alterado o bajo la influencia de sustancias”.

El caso se encuentra sobre la mesa del fiscal del distrito del condado de Tarrant (Texas).