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Redacción / El Nacional

Veinticinco años después de la caída del Muro, Lenin regresó a Berlín, donde la cabeza de una inmensa estatua en su honor fue desenterrada y transportada en un camión por toda la ciudad.

La cabeza, un cráneo gigante de 1.70 m y 3.5 toneladas que había estado enterrado desde hacía más de veinte años en un bosque del sureste de Berlín.

Los obreros, tras haber desenterrado la cabeza del líder revolucionario por la mañana, la subieron al camión con la ayuda de una grúa. A continuación, el camión atravesó la capital alemana hasta el lugar de la exposición, en el oeste de Berlín, en una antigua ciudadela convertida en museo.

La imagen del cráneo circulando por Berlín recordó a la escena de la película “Good Bye Lenin” (2003), en la que aparecía la cabeza de Lenin, colgando de un helicóptero y sobrevolando Berlín Oriental justo después de la caída del muro.

En principio, el cráneo formaba parte de un monumento realizado por Nikolai Tomski, presidente de la Academia Soviética de las Artes, que representaba a Lenin de cuerpo entero delante de una bandera roja. Medía 19 metros de altura.

Inaugurado el 19 de abril de 1970, tres días dantes del centenario del nacimiento de Lenin, permaneció durante 31 años en una plaza que llevaba su nombre.

En el otoño de 1991 se ordenó desmontarlo en 120 trozos, que fueron enterrados en una zona forestal protegida del sureste de la ciudad.