Redacción/ El Nacional
El street art (o arte urbano) invade el Pont des Arts, y no como un acto de “vandalismo callejero”, sino por orden directa del Ayuntamiento de París. El 1 de junio el célebre puente, que debía su reputación a los cerca de un millón de candados que decoraban sus bordes, fue despojado de sus paneles.
Considerado como una muestra de vandalismo, el street art que hoy decora el mítico Pont de Arts fue una decisión que, para muchos, no solo reconoce al arte urbano como una manifestación artística legítima para el Estado, al venir directamente del Ayuntamiento de París, sino que además reivindica su estatus como arte, al otorgarle una de las vistas más importantes de la capital, con el Museo del Louvre y la Catedral de Notre Dame, como paisaje.
El proyecto ordenado por el Ayuntamiento de París, bajo la dirección artística de Mehdi Ben Cheikh de la galería Itinerrance dejó tema libre a cuatro artistas internacionales: Jace, El Seed, Brusk y Pantonio, para intervenir los 150 metros de frisos instalados para la exposición de arte urbano.
“Nosotros queremos que París se mantenga como la capital del romanticismo. Que las parejas continúen declarándose su amor aquí, o pidiéndose matrimonio en este mismo puente; pero sin poner su candado” señaló Bruno Julliard, adjunto cultural del Ayuntamiento de París.
“Estamos pensando diferentes medios para reciclar los paneles” declaró Juillard, precisando que no serán “tirados”.
Pero las opiniones son diversas. Desgraciadamente, la reivindicación y el reconocimiento no bastan para que este joven movimiento artístico sea del todo aceptado.
Para los nostálgicos y los defensores del Patrimonio, el street art no tiene nada que hacer en el histórico puente. Muchos tacharon el proyecto de “inapropiado” y “mediocre” en las redes sociales desde que se instalaron los paneles el pasado 5 de junio. Y a pesar de que muchos de los parisinos y los miles de visitantes que alguna vez pasaron por el puente para eternizar su amor en un candado, ya no se reconocen en su nueva decoración, los detractores perecen estar olvidando que desde que el arte es arte, aquellos que alguna vez calificaron los cuadros de numerosos artistas como Manet, Picasso o Dalí de “inapropiados” y “mediocres” son hoy considerados como grandes piezas maestras del arte universal.
En unos años, ¿se pensará lo mismo para el street art?