Con la energía de 11 mil asistentes, Maná entregó su corazón en la Arena Monterrey con música, emociones y mensajes de esperanza.
La banda tapatía pisó la Sultana del Norte como parte de su gira ‘México, lindo y querido’. Fue a las 21:40 horas del sábado 16 de noviembre, cuando el escenario se iluminó y los primeros acordes de “Dame una señal” resonaron en el recinto. “De pies a cabeza”, fue el siguiente tema que unió en un solo coro a los presentes, que demostraron una vez más la fidelidad y devoción que sienten por la banda.
“Buenas noches, regios. Monterrey, estamos con este público tan chingón. Quiero decirles que Monterrey es una de las ciudades favoritas de México. Desde los inicios de nuestra carrera nos adoptaron. Ahora seguimos aquí divirtiéndonos, gozándola. Esta noche le vamos a echar a la parrilla toda la carne al asador”, expresó el cantante Fher Olvera.
El carisma de Fher y la fuerza de los músicos —Juan Calleros, Alex González y Sergio Vallín— no tardaron en contagiar al público. Cada tema era un reencuentro con los éxitos que han marcado generaciones, desde “Corazón Espinado”, donde los regiomontanos no dudaron en levantarse de sus asientos, hasta “Labios Compartidos”.
Durante la interpretación de “¿Dónde jugarán los niños”, el escenario se transformó en un espectáculo visual cuando un elefante de tamaño real apareció ante los ojos del público. Fher aprovechó este momento para enviar un mensaje sobre la importancia de cuidar el medio ambiente, recordando a todos la responsabilidad que tenemos hacia el planeta.
El concierto no solo fue una experiencia auditiva, sino también visual. Dos imponentes pantallas LED, una puesta en escena de luces y pirotecnia, acompañaron la presentación de la banda. Además, Alex González demostró una vez más por qué es considerado uno de los mejores bateristas de México, con un solo de batería que dejó al público sin aliento y fue ovacionado de pie.
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Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó cuando “los Maná” se trasladaron a un pequeño escenario ubicado al otro lado de la Arena para interpretar baladas, como “Te lloré un río”, “El reloj cucú” y “Eres mi religión”. Fher invitó al escenario a una fan y a su mamá, quienes junto a los músicos, interpretaron “Huele a tristeza”.
Tras casi dos horas de música, Maná despidió la noche con dos de sus más grandes éxitos: “Clavado en un bar” y “Rayando el sol”.
Carey González/El Nacional