Ana Hernández/El Nacional
Han pasado 70 años desde el atentado contra Hiroshima, acontecimiento que dejó millones de personas muertas y millones de heridos de los cuales aún se estima que vivan cerca de doscientos mil sobrevivientes.
Las consecuencias del estallido de bombas atómicas han sido irreversibles ya que las personas que sufrieron esa horrible experiencia y que han vivido lo han hecho con una pésima calidad de vida sufriendo los estragos, un ejemplo de ellos ha sido el cáncer, poco a poco se registran más muertes por cáncer y los protagonistas son los sobrevivientes del atentado atómico.
No sólo se trata de los que en ese entonces eran apenas unos pequeños niños, sino también los hijos de esas mujeres embarazadas que vivieron tan trágico trauma, que sin haber nacido aún ya habían sido sentenciados a una malformación o en otros casos a una alteración en sus genes.
Es en la actualidad al conmemorar el trágico ataque nuclear cuando se quiere hacer conciencia y se busca llegar a un punto en el que la discriminación sea expulsada de la sociedad y de las naciones para lograr de esa manera la armonía en las relaciones tanto del gobierno como de la ciudadanía.
El 70 aniversario del atentado es tomado en Japón como un recordatorio que los impulsa a ser mejores cada día, el resentimiento se hace presente y se nota en sus rostros tal vez invadidos de coraje o de lo contrario, sea un escalón para subir más alto.