En Alemania, grupos de voluntarios se congregaron en las estaciones de tren de Frankfurt y Munich, en el oeste y el sur, para recibir a los miles de migrantes que llegaban desde Hungría y Austria, les demostraban muestras de apoyo y de cariño con carteles en los que se leía “Bienvenidos a Alemania” y para brindarles comida, ropa y mantas.
“La gente nos trata muy bien aquí, nos tratan como a seres humanos, no como en Siria”, declaró con lágrimas en los ojos Mohammad, un sirio de 32 años.
Las iniciativas solidarias aumentan en Europa, el papa Francisco solicitó que “cada parroquia, cada comunidad religiosa, cada monasterio, cada santuario de Europa acoja a una familia de refugiados”.
También las dos parroquias del Vaticano recibirán a familias de refugiados.
El país de Hungría simboliza la principal puerta de entrada en la UE en Europa central y sólo en el mes de agosto llegaron a este país 50.000 personas.
La canciller alemana Angela Merkel y el primer ministro húngaro Viktor Orban pactaron en una entrevista telefónica “respetar sus obligaciones europeas” y coincidieron en que el flujo de este fin de semana es excepcional, mencionó Georg Streiter, portavoz de Merkel.
El canciller austríaco Werner Faymann indicó por su lado que el dispositivo habilitado este fin de semana sólo puede ser temporal, y que “una medida de este tipo no puede ser una solución”.