Para muchos, el ejercicio es algo que hacen no por que gusten, sino porque saben que deben hacerlo.

De acuerdo a las distintas investigaciones, el sexo, definido como cualquier cosa que abarque desde los juegos previos hasta el coito, puede contar como ejercicio, pero no siempre. Hay tres áreas a considerar para responder dicha pregunta: cómo afecta el sexo al ritmo cardíaco, los músculos y el cerebro.

Si tienes sexo muy físicamente intenso y una pareja muy física definitivamente puede ser como hacer ejercicio. Esto significa que en los encuentros sexuales donde una persona hace la mayor parte del “trabajo”, o sea que hace más esfuerzo físico y se mueve más, solo esa persona está obteniendo los beneficios físicos del ejercicio.

Los estudios demuestran que la duración promedio de las relaciones sexuales entre parejas heterosexuales es de entre 5,4 y 9 minutos, con encuentros sexuales completos entre parejas heterosexuales que duran un promedio de 19 minutos, lo cual todo en conjunto dura menos que una clase regular en el gimnasio. Sin embargo, otro estudio encontró que las parejas lesbianas tienen “duraciones significativamente más largas en los encuentros sexuales individuales que los hombres y las mujeres en relaciones heterosexuales o los hombre en relaciones con otros hombres”.

Hipotéticamente, podrías matar dos pájaros de una sola pedrada y convertir tus encuentros sexuales en extenuantes maratones de entrenamiento físico, pero eso no significa que debas hacerlo. Si tienes relaciones sexuales regulares y placenteras, es probable que ya estés obteniendo algunos de los mismos beneficios que brinda ir al gimnasio, aunque probablemente no los suficientes como para reemplazar tus entrenamientos con sexo.

Redacción/El NNacional