La sed de poder y la disputa por el control del poder dentro del Penal, fueron los protagonistas principales de los hechos que marcarán la historia del estado.
El enfrentamiento entre los grupos delictivos liderados por Jorge Iván Hernández Cantú, alias “El Credo”, y Juan Pedro Saldivar Farías, alias “El Z27”, dejó como saldo 49 reclusos muertos y 12 más lesionados al interior del Penal de Topo Chico.
La riña entre ambos delincuentes inició desde noviembre de 2015, cuando Farías, “El Z27” fue trasladado del Cereso de Matamoros al Penal del Topo Chico, donde ya se encontraba “El Credo”.
“(‘El Z-27’) vino a querer tomar el control del penal cuando ahí había otra persona apodada ‘El Credo’, obviamente se enfrentan los dos grupos… al que traen es a ‘El Z-27’ por una decisión absurda de un magistrado respecto a que este no necesitaba vigilancia extrema y mira lo que vino a provocar”, expresó Rodríguez Calderón.
“El Credo” es considerado cabecilla del Cártel del Golfo y presuntamente controlaba parte del centro penitenciario.
Fue detenido en noviembre de 2012 en Monterrey, por el Grupo Antisecuestros en el marco de una operación que se saldó con la captura de 24 miembros de una banda criminal, donde confesaron al menos 48 homicidios.
Por su parte, Farías, apodado “El Z27”, llegó a ser jefe regional del cártel de Los Zetas, fue detenido a finales de 2013 e identificado, junto a su hermano, como autor material del asesinato del estadounidense David Hartley en septiembre de 2010. También implicado en el ataque a agentes de la oficina de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) en el estado de San Luis Potosí (centro-norte).
El día de ayer fuentes extraoficiales afirmaban sobre la muerte de Hernández Cantú, y aseguraban que esto había desencadenado los hechos violentos, pero la Procuraduría General de Justicia del Estado informó ayer por la noche que los delincuentes se encuentran bien y en perfecto estado.
Hasta el momento, el gobernador del estado Jaime Rodríguez Calderón, en conferencia de Prensa, dio a conocer que los responsables de esta masacre habían sido trasladados a penitenciarias federales, debido a la peligrosidad que ambos representaban.