Un menor identificado como Dylan Uriel Marchionif llegó al hospital de Claypole, en Buenos aires, con signos de haber sido maniatado con precintos, varias fracturas y quemadas en su cuerpo. Su mamá y su padrastro fueron acusados de haberlo matado debido a que el niño, “no hacía caso”.
Ante el interrogatorio a los padres, declararon que habían encontrado a su hijo en el piso muy lastimado, además que el niño no vivía actualmente con ellos sino con unos tíos de la familia paterna.
Los testimonios llevaron a que su coartada durara poco, ya que el menor era víctima de la violencia física y psicología a la que lo sometía su madre y su novio, porque supuestamente era muy desobediente.
En el lugar se encontró ropa manchada con sangre, que sería del menos asesinado.