Agencias | El Nacional
Tras permanecer tres semanas cerrados, con la intención de impedir que el sistema colapsara, el Gobierno griego emitió una orden de abrir los bancos del país el próximo lunes veinte de julio.
El decreto para reabrir los bancos fue emitido horas después del juramento de nuevos ministros tras un cambio de gabinete en que Tsipras reemplazó a miembros disidentes de su partido oficialista, Syriza, tras una revuelta por los duros términos del rescate.
Dicho acuerdo contempla una dolorosa mezcla de alzas de impuestos, reducciones de gastos y recortes de pensiones.
La aceptación de duros términos de rescate marcó un giro para Tsipras tras meses de difíciles negociaciones y un referendo que rechazó enérgicamente un pacto menos severo propuesto por los prestamistas.
Sin embargo, sondeos de opinión sugieren que la popularidad del primer ministro continúa alta.
En una medida que marcó una división con la principal facción de izquierda en Syriza, Tsipras despidió al ministro de Energía de línea dura Panagiotis Lafazanis y a dos viceministros tras una rebelión en el partido en que 39 legisladores de Syriza retiraron su apoyo al Gobierno por el paquete de rescate.
Panos Skourletis, un estrecho aliado de Tsipras que dejó el Ministerio del Trabajo para hacerse cargo de la vital cartera de Energía, dijo que el cambio de gabinete marca “un ajuste por parte del Gobierno a una nueva realidad”.
El cambio de gabinete permitió a Tsipras reemplazar a rebeldes con sus socios de coalición, el partido de derecha Griegos Independientes.
La primera acción del nuevo gabinete fue firmar un decreto para reabrir los bancos el lunes con límites de retiro levemente más flexibles para permitir el saque de un máximo de 420 euros a la semana en vez del estricto límite de 60 euros diarios actuales.
Sin embargo, aún se mantienen las restricciones a transferencias al exterior y otros controles de capital.
La medida era ampliamente esperada después de que el Banco Central Europeo accedió a reabrir las líneas de crédito de emergencia que necesita el atribulado sector bancario griego para sobrevivir.
Tsipras ahora pretende sellar el acuerdo de rescate con sus socios europeos en las próximas semanas antes de probables elecciones, que el ministro del Interior, Nikos Voutsis, dijo que podrían celebrarse en septiembre u octubre.
“Nuestro objetivo es negociar duro por los términos del acuerdo, no sólo sellarlo, sino sobre cómo será implementado. Hay muchos términos vagos en el texto”, comentó el nuevo ministro del Trabajo, George Katrougalos.
Agregó que el Gobierno, elegido en enero sobre una plataforma antiausteridad, luchará por un acuerdo que sea “socialmente justo” y desestimó sugerencias de que tendrá que enfrentar a poderosos sindicatos de trabajadores y arriesgar a provocar protestas en las calles.
“La Izquierda es con manifestaciones. La Izquierda quiere a la gente en las calles”, sostuvo.