Las artesanas de la comunidad de Aguacatenango, Chiapas, elaboran una prenda en la que invierten hasta 50 horas en tejer y la venden por una módica cantidad de 200 pesos, mientras que tiendas departamentales como Zara las produce en serie y vende cada una de ellas en 599 pesos.
Sin embargo esta no es la primera vez que las artesanas denuncian que les roban un diseño. Ya lo hicieron en 2016 con otra blusa, según explican.
La organización no gubernamental Impacto no solo ha documentado que ocho marcas internacionales han copiado los bordados de pueblos originarios mexicano, sino que también comerciantes del mercado de Santo Domingo, en San Cristóbal de las Casas, quienes les compran las prendas a precios muy bajos y también violentan a las artesanas.
Las artesanas, junto a la ONG Impacto, denuncian el reciente “plagio” de uno de sus bordados tradicionales por parte de la firma de ropa española Zara, y les afecta en la economía de la comunidad. “Nos afecta bastante porque la gente ya no nos compra a nosotras porque lo pueden encontrar en una tienda o ya nos dicen que son parecidos. Perdemos ese beneficio, que es nuestro principal sustento en el hogar”, cuenta María, de 39 años y madre de siete hijos, en una entrevista para eldiario.es.
Con mucha dedicación, María puede producir cuatro prendas al mes por las que obtendrá cerca de 400 pesos (unos 18 euros): siete veces menos el salario mínimo en México. Mientras la blusa de Zara se tarda en fabricar con máquinas unos pocos minutos y cuesta 599 pesos mexicanos (unos 27 euros). Las artesanas de Aguacatenango tardan más de 50 horas en tejer esa misma prenda y deben malvenderla, dicen, en 200 pesos, unos 9 euros. Contactadas por eldiario.es, fuentes del grupo Inditex indican que “no van a hacer comentarios” sobre este asunto.
Es la segunda ocasión en la que denuncian que Zara ha utilizado diseños tradicionales de esta misma comunidad sin tenerlas en cuenta: ya lo hizo en 2016 con otra blusa, según explican. Tampoco era la primera vez. Desde 2012, Impacto ha documentado que ocho marcas internacionales han copiado los bordados de pueblos originarios mexicanos de los estados de Oaxaca, Hidalgo y Chiapas sin reconocer a sus autoras ni hacerles llegar una contraprestación económica.
Por desgracia las leyes no les favorecen en este caso, debido a que solo hay una protección al patrimonio individual con los derechos de autor, pero no al patrimonio colectivo que lleva cientos de años.
El pasado octubre, publicaron en Instagram la imagen de una prenda de la marca estadounidense Santa Marguerite para advertir de que fue copiada de un huipil [tipo de camisa] de San Juan Cancuc, otra comunidad chiapaneca. La empresa acusó a Impacto de usar una fotografía con derechos de autor y forzó a que Instagram cerrase la cuenta de la organización, que contaba con más de 40 mil seguidores. Lejos de bajar los brazos, Impacto empezó de cero con el nuevo hashtag y la cuenta @viernestradicional, una campaña para que la gente publique cada viernes sus ejemplos de auténticas ropas de pueblos originarios.
Redacción/ El Nacional