Redacción/El Nacional
México requiere de una legislación que permita la asociatividad en toda la cadena de producción – consumo de leche. Actualmente sólo se puede ser productores primarios, industriales o comerciantes, lo que no permite al productor estar cerca del consumidor y por lo tanto de las utilidades de la cadena integrada por productores, industriales, comercializadores e instancias gubernamentales, consideró Vicente Gómez Cobo, presidente de la Federación Mexicana de Lechería.
Al dar a conocer las conclusiones del Foro Nacional de Lechería, dijo que para que México logre ser competitivo “se necesita un sistema de asociación, del tipo de cooperativas que se manejan en Estados Unidos, Nueva Zelanda, Israel y en países de Europa”.
“Es necesario que se nos permita asociarnos para estar cercanos de la cadena de valor y del consumidor, y que el beneficio de la cadena llegue directamente al productor y no se quede sólo en los eslabones cercanos al consumidor”, puntualizó Gómez Cobo.
En el foro especializado en sistemas productivos, de industrialización de la leche, comercialización y políticas públicas gubernamentales, se dieron a conocer experiencias internacionales de países como Estados Unidos e Israel, mientras que se resaltó que, un gran esfuerzo de los productores mexicanos, ha permitido que el país mantenga autosuficiencia en el 75 por ciento de sus necesidades en esta materia.
Por otra parte, se destacó que la incorporación de México al Tratado de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés) los productores mexicanos enfrentarán un gran reto, para hacer en dos años lo que otros países han hecho en 40, de manera que deberán hacer las modificaciones necesarias para enfrentar una mayor competencia internacional, lo que dependerá mucho de la inversión pública y de políticas públicas apropiadas.
“Ahora sí hablamos de que los productores mexicanos estamos en ‘grandes ligas’ en materia de lácteos. Hoy tenemos un nivel de apertura muy grande, pero al mismo tiempo estamos tocando intereses con los mercados de Estados Unidos. Hay cupos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y de otros países como Colombia, Perú, Chile, Nicaragua. Pero la entrada al TPP abre el mercado y vamos a competir contra países que producen más barato por sus condiciones geográficas y que más exportan en el mundo”, subrayó Gómez Cobo.
Consideró que en lo inmediato, la producción de leche en México requiere de un seguro que evite que los precios se depreden cuando hay excedentes estacionales, además de un esquema que actúe cuando los costos o el precio bajen o suban.
Dijo que se requieren estímulos fiscales para que las empresas incrementen sus compras, pues de poco sirve que los productores nacionales produzcan más y con mejor calidad, si no tienen quién les compre.
Para el presidente de la Federación Mexicana de Lechería, es momento de que LICONSA deje de importar leche en polvo y consuma leche fluida nacional para la totalidad de sus requerimientos contenidos en su programa de abasto social, además de implementar una campaña de promoción al consumo y evitar campañas de desinformación.
Además, las compras de leche de LICONSA deben realizarse por conducto de la Secretaría de Agricultura, en virtud de que una de sus atribuciones se refiere precisamente a la alimentación, y que se dé certidumbre a esta compra, así como emprender un programa de reducción de precios de insumos para las compras en volumen para los pequeños productores.
Consideró que para incrementar los volúmenes de producción del alimento, se requieren programas de mejora genética, aumentar el Programa de Semen Sexado, un programa de apoyo para la compra de vaquillas y un programa de asistencia técnica integral para lograr estos objetivos.
Al respecto, Francisco Gurría Treviño, Coordinador General de Ganadería de Sagarpa, destacó que la industria lechera nacional enfrenta desafíos importantes por el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP), pero también representa una nueva oportunidad.
Durante su participación, Ayal Kimhi, de la Facultad de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dijo que las reformas a las políticas públicas de 1996 en Israel, han permitido la multiplicación de cooperativas familiares y de “kibutz” colectivos, así como la creación de sociedades para incrementar la producción y productividad por la vía del intercambio de conocimientos y experiencias entre productores; mejorar la calidad del producto en los contenidos de proteína y grasa, lo que los hace más competitivos.
Por su parte Jaime Castañeda, vicepresidente Senior de Iniciativas Estratégicas y de Políticas Comerciales de la Federación Nacional de Productores de Leche de Estados Unidos (NMPF), destacó que las cooperativas en su país se ubican en todo el territorio de Estados Unidos, y no solamente operan como cooperativas, sino que captan leche, la mercadean y sirven como centros de acopio.
Explicó que el esquema implantado por las cooperativas lecheras del vecino país del norte, es a través de la captación de 15 centavos de dólar por cada 100 libras de leche producida, lo que significa un fondo que reúne anualmente más de 200 millones de dólares, que se destinan no sólo para promover los productos lácteos, sino también para defender al producto de ataques respecto del consumo de alimentos derivados de los animales.