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Nancy Vázquez/El Nacional

El Arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, pidió perdón y ofreció disculpas, luego de que fue blanco de críticas por declarar en una misa que las madres solteras se están convirtiendo en “una plaga” y en una “epidemia”.

En entrevista telefónica con Adela Micha el presbítero reconoció que se expresó mal y que lo que quiso decir es que los papás varones no han sabido responder en muchos casos y que por eso va en aumento la cantidad de madres solteras en México.

Explicó que su intención era hacer saber que en México “nos faltaba paternidad, y por lo mismo teníamos muchas madres solteras”.

En ningún momento quise ofender a nadie, aseguró.

Durante la misa del domingo, Reyes Larios deploró que las mujeres decidan actualmente ser madres sin casarse: “Se están volviendo una plaga… Antes las mujeres que no tenían un papá para sus hijos era porque quedaban viudas o no lograban entenderse con su marido y decidían separarse”, dijo.

Una madre soltera no puede ser madre y padre al mismo tiempo. No está bien que falte la figura paterna en una familia, aunque la mujer así lo haya decidido, pues las madres solteras se están volviendo una plaga. México tiene un montón de mamás solteras. Y eso se hace una epidemia, porque la que es hija de madre soltera al rato no tiene otro modelo que ese, manifestó el arzobispo.

En la entrevista en “La Primera por Adela”, sin embargo, aseguró que le extraña que se hayan alterado sus palabras: “Dije epidemia. La palabra plaga me la inventaron”.

Me disculpo porque usé mal la palabra; a lo mejor algunos la entendieron así, y yo les pido perdón si alguna persona se sintió ofendida. Pues con toda humildad, porque hay que reconocer cuando uno la regó y listo.

Aseguró que respeta las decisiones de las mujeres. “Yo las admiro y realmente mis respetos”, señaló.

Insistió en que su intención era hacer alusión a la irresponsabilidad de algunos padres de familia.

“En México a veces tenemos mucha mamá y poca paternidad, por eso era también llamado a todos los varones que engendran, los que somos también padres en la Iglesia, pues también se espera de nosotros una paternidad, una presencia, un acompañamiento, un amor a la gente”, concluyó.