Un grupo de pasantes de medicina ha denunciado que están trabajando bajo protesta debido a presuntas amenazas de la Secretaría de Salud del Estado de Nuevo León. Los recién egresados, que realizan su servicio social para poder obtener su título, aseguran que han sido forzados a regresar a la zona sur del Estado, a pesar de las preocupaciones por la seguridad en la región.
Los pasantes informaron que, tras el recrudecimiento de la violencia en la zona, la Secretaría de Salud decidió retirar a los médicos de varios municipios del sur, como Galeana, Doctor Arroyo y Zaragoza, entre otros. Sin embargo, después de ser reubicados temporalmente en hospitales del área metropolitana, las autoridades les han comunicado que deben regresar a esas localidades o enfrentar la baja de su servicio.
“Varios se quedaron en el área metropolitana a manera de protesta y les hablaron uno por uno para decirnos que teníamos que estar allá. Nos dijeron que no había lugar para nosotros en Monterrey y que si no nos íbamos, nos darían de baja”, explicó un pasante bajo la condición de anonimato.
La situación ha llevado a la creación de un esquema provisional donde los pasantes se dividen en dos grupos: uno permanecerá 15 días en la zona rural y citrícola, mientras que el otro lo hará en el área metropolitana. Sin embargo, los jóvenes médicos han expresado su descontento y temor por las condiciones en las que se les está obligando a trabajar.
Olga Susana Méndez, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado, hizo un llamado urgente al Gobierno Estatal para que garantice la seguridad de los pasantes en las unidades médicas de la zona sur. “El Estado debe implementar estrategias y acciones que salvaguarden la vida e integridad física de los pasantes y residentes médicos”, declaró en un comunicado.
La situación de los pasantes de medicina refleja una crisis de seguridad en la región, donde la falta de protección adecuada pone en riesgo no solo a los médicos en formación, sino también a los pacientes que dependen de sus servicios. La comunidad médica y la sociedad en general esperan que las autoridades tomen medidas efectivas para asegurar un entorno laboral seguro y estable.